viernes, 14 de agosto de 2009

Girasoles en el desierto.

El otro día, bajando canciones del ares me encontré con esta de Leonel Soto y del culichi David Aguilar. Habla sobre los asesinatos de mujeres en Ciudad Juarez.



( a unas señoras allá en Juárez que se quedaron esperando
que sus hijas regresaran)
Mandé amplificar tu foto
tu adios me dejó sin sueños
pero lo que más lamento es saber
que tú eres la que se ha roto
recuerdo la puerta abierta
nos vemos hasta la noche
tu falda de girasoles y esa sonrisa que aún me despierta
perderte me abrió una herida pero encontrarte me mutiló
girasoles en el desierto
mandé amplificar tu foro para marchar por las avenidas
tu nombre en la cartulina y mi voz
que nunca se va a cansar de gritar
Diez años trecientos lutos y apenas voy aceptando
que tú ya estás descansando y que yo aún no me gané un sepulcro
por tanto no pido muerte para el infeliz culpable
tan solo una quinta parte de mi agonía para su suerte
perderte me abrió una herida pero encontrarte me mutiló
girasoles en el desierto
mandé amplificar tu foro para marchar por las avenidas
tu nombre en la cartulina y mi voz
que nunca se va a cansar de gritar.

domingo, 9 de agosto de 2009

Un sábado en la noche, un domingo en la mañana.


Disloca el tiempo estar un sábado en la noche, más bien un domingo en la mañana, en sus primeras horas, intentando organizar un cuento que realmente pareciera querer cobrar vida, querer machacar a un lector como si fuera un ente vivo; y que no paresca que es sólo un intento más de un joven por aparentar escribir una buena historia. Pasar de la intención a los hechos.

Es curioso ver los trabajos de los demás, ya sean desconocidos idolatrados o no o ya sean amigos lejanos, sean poemas o sean narracciones, y no encontrar, a veces por falta de concentracion o de conocimiento, los errores que uno mismo encuentra a lo propio. Como si les resultara a ellos mucho más facil lo que a uno le rompe los huesos. Como, pondré de ejemplo esto, un cuento que anoche descubrí entre viejas carpetas en mi computadora, de esas que ya buscan parecerse a las fisicas esparcidas por todo mi escritorio, un cuento escrito a principios de año sobre una fiesta eterna, al que, al principio, no encontraba el gran error, sin descubrir, como ayer, apesar de no haber estado en mis cinco sentidos: había tomado; desde el mero punto de la idea el error: no puede existir una fiesta eterna, toda fiesta es una interrumpción de la rutina. No puedes volver a una fiesta una rutina.

Eso es lo que le mantiene la mente trabajando a uno por las noches: el ver que hace cuatro, cinco meses, eso no lucía como ahora luce y que, quizá, tenga arreglo: quizá no bastaría más que un replantamiento de ideas para arreglar el cuento. Por que la idea de una fiesta eterna suena a cuento fantastico, pero hasta lo fantastico tiene ciertas reglas, explicitas e implicitas, asi como los cuentos tienen sus propias reglas y este fue mi problema: no supe aprovecharm de esa convinacion de reglas y crear algo cuyo error no pudiera detertar cinco o seis meses más tarde.

Y es, quizá, cuando me pregunto si la historia me sigue llenando, como lo hizo en su momento. Cuando me pregunto si fue un producto de una necesidad verdadera, que hasta este momento continua, o producto de un capricho, de un derroche de tecnica y recursos innecesarios. Cuando me pregunto si el cuento merecerá ser revaluado.

Esos son problemas que dislocan el tiempo un domingo, en las primeras horas. Problemas que para otros parecen inutiles, tiempo malgastado. Como para mi parecen los de ellos.

domingo, 2 de agosto de 2009

La mano de la buena fortuna

"A nuestra gente siempre le ha gustado apiñarse dentro de las páginas de nuestros periódicos, pero en la época de la guerra con Turquía, y más tarde con Bulgaria, cualquiera de los numerosos diarios parecía un hormiguero a reventar."
-Goran Petrovic.

Sheep man

Esperoqueencuentresatuamigoyaesaovejapronto.
-La caza del carnero salvaje (A wild sheep chase)
Haruki Murakami,

viernes, 31 de julio de 2009

Reproduccion asexual.



Están por todas partes: en cada esquina, al lado de cada gasolinera y donde menos esperes. Se reproducen como si fueran plantas asexuales no solo dentro de Culiacán, si no también en otras ciudades tan importantes como Guadalajara, Monterrey y el mismísimo Distrito Federal. Son los OXXOs: aquellos mini supermercados donde yo he logrado sobrevivir tardes de mucha hambre y poco dinero continuamente.
Para los culichis, los orgullosos habitantes de Culiacán, los OXXOs ya son parte de la cultura interna de la ciudad: incluso de la misma. Son usados para todo, no solo para comprar. Más de una vez he escuchado decir "vas derecho y llegas al OXXO, luego das vuelta a mano izquierda". O derecha. O sigues de frente. El OXXO es hasta punto de reunión, "Te veo en el OXXO". Hay tantos que, cerca de la plazuela Rosales, se encuentra uno con chapeado plateado simbolizando, supuestamente, ser el numero cincuenta.
Pero, ¿realmente será una buena inversión el OXXO? ¿Realmente vale la pena que haya tantos desparramados por la ciudad?
Tomare como planteamiento el modo de construcción. El proceso de creación es rápido, cuantas veces no lo habré vigilado, y no acaba de iniciar cuando uno ya ve el local levantado. Se elige un terreno, de preferencia cerca de alguna gasolinera o, por que no, a calle y media, incluso enfrente, de otro OXXO. Una vez elegido el terreno se investigar la potencialidad de compra: "Por aquí pasan muchos incautos y estudiantes hambrientos: ¡perfecto!", puede ser uno de los pensamientos, por que nunca falta uno cerca de las escuelas, como el que esta al lado del Colegio Sinaloa, el que esta casi enfrente de la UAS, y el que esta enfrente del COBAES, en la Pirámide Educativa. Luego sigue lo mas simple: jugar al lego, digo, a construir el armatoste. En otras ciudades he visto la manía de colocar los OXXOs en el interior de una plaza o algo prefabricado. Primero aplanan, luego acomodan ladrillos, seguramente han de sentirse como niños chiquitos haciéndolo, agregan vidrios y el sistema eléctrico: para finalizar decoran y ponen el relleno.
Una vez terminado empieza lo bueno: la llegada de los clientes. Quien afirme creer que la primera semana de un OXXO es la más difícil, sinceramente, no sabe nada de OXXOs. Abrir uno es como colocar un tarro de miel cerca de un puñado de moscas: todas correrán de inmediato y quedaran prendadas, quizá, para siempre. Entonces comienzan las mitologías como la singular, y algo extraña, canción que dice así "Sexo en el oxxo, en exceso: con un marca texto". O el famoso video de youtube “asalto a un OXXO”. Los mexicanos, claro esta, nos caracterizamos por mofarnos de todo, así que muestras de esta clase no tienen por que sorprender a alguien. Hay gente, incluso, que no podría vivir ya sin ellos: sin su Andatti, como una vieja maestra mía, por las mañanas o su rebanada de pizza con coca por las tardes.
Ahora, esta la cuestión de los precios. En los OXXOs cosas como las sabritas o los refrescos incrementan sus precios. Y si los precios de los productos incrementan en el mercado, incrementan aún más en los OXXOS. A veces conviene buscarse mejor un abarrote en estos casos. No sirve de nada comprar unos tostitos por ocho pesos, cuando al lado te los venden a cinco.
En fin, siento que como una especie de supermercado saca de muchos apuros, pero a veces me siento apresado entre tantos OXXOs en la ciudad, entre tantas referencias a ellos y la dependencia que he ido teniendo a comprar comida cada vez que ando corto de feria.
(Imagen escaneada de la Locha, autor Rafael Rivas H, numero 4, Septiembre de 2008, Culiacán, Sinaloa, México)